Enviado por guillermo el día 22 febrero, 2013 a la hora 8:50No Comentado
AGUA PURA: ¿Y POR CASA COMO ANDAMOS?
En China el 97% del agua de las grandes ciudades está contaminada, muchos pensarán: ¡queda tan lejos!, sin embargo en nuestra región el panorama probablemente sea peor, estudios de organismos públicos que lo evidencian son celosamente ocultados a la opinión ciudadana para seguir alimentando la ilusión de la industria del turismo regional, que estaría condenada a muerte si los usuarios conocieran, como inevitablemente ocurrirá algún día, que los cursos de agua del litoral están contaminados
Las principales playas turísticas del río Uruguay, por ejemplo, contienen fecales que las inhabilitan para uso recreativo, pero las autoridades lo ocultan como un verdadero secreto de Estado, exponiendo a los desprevenidos bañistas a riesgos que periódicamente se concretan.
Entonces, para conocer por inferencia lo que esta pasando debemos recurrir a estudiosos extranjeros, por ejemplo a los efectuados por el Dr. Damia Barceló, director del Instituto Catalán de Investigaciones del Agua (ICRA) quien ha puesto en blanco sobre negro la verdadera información que da cuenta de lo impuras que son las aguas disponibles para bebida en todo el planeta.
Incluso en EEUU, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) aceptó que trazas de medicamentos en el agua potable de las grandes ciudades de ese país. En ella se han detectado una gran variedad de fármacos entre los que se encuentran antibióticos, hormonas, antidepresivos, analgésicos, antiepilépticos, etc.
¿Cómo llegan los medicamentos al agua? A través de la orina. El cuerpo no absorbe todo lo que ingiere y lo elimina. El agua viaja por las cloacas y vuelve a llegar a pantanos, ríos o lagos y desde ahí, nuevamente a las plantas potabilizadoras. El problema es que la mayoría no elimina los residuos de las drogas -demasiado pequeños para un filtrado y para los que no se han establecido tratamientos-, por lo que cuando el círculo se cierra, el agua contaminada llega a la mesa. Las plantas depuradoras, aún las más modernas, no llegan a depurarlas.
Incluso algunos elementos de uso cotidiano en nuestra sociedad como el teflón de nuestras sartenes y ollas antiadherentes va a los ríos, el teflón es un elemento persistente, que se acumula en la grasa. Aquí se lo puede encontrar incluso en leche materna, y también en sangre, a pesar de ser extremadamente peligroso.
Los utensilios de cocina de teflón que aquí se encuentran en todas las casas y se venden en todos los basares están prohibidos en Europa y en Estados Unidos, y el stock remanente que queda no puede ser comercializado.
En el agua de nuestros principales ríos, el Paraná y el Uruguay por ejemplo, encontramos no menos de 75 fármacos y hasta 150 sustancias de todo tipo entre ellas medicamentos para el metabolismo, antibióticos y hormonas sintéticas para el control de la natalidad terminan en nuestra agua potable.
Y este no es un problema solo de los países del hemisferio norte, sino que especialmente en el nuestro, y en particular las provincias de la Pampa Húmeda estamos particularmente expuestos porque el 50% del consumo mundial de antibióticos no es para tratamientos médicos humanos sino que se usa como agregado en alimento balanceado de vacunos, porcinos y aves para que engorden mas rápidamente
Ni siquiera estamos libres del tabaco al que creemos que hemos controlado vía la inhalación pasiva mediante la prohibición de fumar en lugares públicos porque estamos “fumándolo” a través de nuestra agua potable, dado que en ella existen trazas de él, además de drogas prohibidas como la cocaína por ejemplo.
Residuos de antidepresivos hacen que los moluscos engendren, los remedios contra la hipertensión causan impactos negativos en crustáceos, los antibióticos y antibacteriales, a su vez, incrementan la resistencia general a las bacterias, ¿Ud. no ha advertido que ahora la gente se muere por infecciones bacterianas intrahospitalarias?, bueno entonces aquí tiene una posible explicación de porque han aumentado tanto en los últimos tiempos, simplemente porque estas bacterias han desarrollado inmunidad a los medicamentos que deberían controlarlas por su presencia inconsulta en los alimentos, especialmente en el agua.
Los medicamentos antitumorales usados en la quimioterapia causan mutaciones genéticas y malformaciones. Hay pruebas de las alteraciones endocrinas provocadas en la vida silvestre cuando ésta es expuesta aunque sea solamente a pequeñas trazas de hormonas sintéticas.
Los medicamentos filtrados a la naturaleza también causan efectos en la reproducción y en la aparición de mutaciones genéticas, así como malformaciones en la vida acuática.
La lista podría continuar pero nos detenemos aquí.
Pues bien, ahora sabemos que el agua potable de las ciudades no es segura, aunque nos lo quieran hacer creer, especialmente, y aunque de esto pocos hablen en voz alta, en Gualeguaychú que toma el agua para potabilizar a posteriori de los vertidos el Parque Industrial local, que contienen todas estas substancias.
Ni siquiera el Agua Mineral que se comercializa esta exenta de contaminantes, tal se ha constatado en análisis efectuados en una Facultad de UNER, ni que decir de las “aguas de mesa” que en realidad son aguas de la red potable refiltradas.
Las aguas de pozos de las zonas rurales tampoco están a salvo porque están contaminadas con las substancias sintéticas y venenosas que se usan habitualmente en la agricultura.
Solo nos quedan las aguas profundas, como las del Acuífero Guaraní, que ahora algunos mercaderes piensan contaminar a través de su uso masivo par la obtención de hidrocarburos a través del sistema de Fractura Hidráulica o fracking.
Tenemos poco tiempo para actuar, pero debemos esforzarnos para impedir esta locura terminal de algunas empresas asociadas a algunos miembros de nuestra dirigencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario