QUE ES EL FRACKING ?

Es la extracción de gas no convencional. Utiliza para ello millones de litros de agua dulce por día, mezclada con mas 600 productos químicos y arena entre otras cosas. Para la extracción se perfora hasta casi 5000 metros en forma vertical y luego varios kilómetros en forma horizontal. Esta técnica produce filtraciones hacia las napas de agua subterraneas y también de las agua superficiales, ademas evaporaciones .

QUE PRODUCE:
Contaminación del Medio en que vivimos: agua, aire, tierra. Agresión y alteración del paisaje por la instalación de torres y camiones.
Contaminación auditiva y visual en detrimento de la biodiversidad.
Graves afecciones a la salud humana y de las demás especies. Sismos y terremotos por las fracturas y la lubricación de las placas tectónicas.

CIUDADES CON ORDENANZA LIBRE DE FRACKING HASTA EL MOMENTO:
COLÓN, C.del URUGUAY, SAN JAIME, DIAMANTE, COL. AVELLANEDA, VILLAGUAY, ROSARIO DEL TALA, LA PAZ, VILLA ELISA, GRAL. RAMÍREZ, VILLA DEL ROSARÍO, SAN PEDRO, VIALE ,CERRITO, CRESPO, SAN PEDRO (Junta de Gobierno), SAN RAMÓN (Junta de Gobierno), BOVRIL,MARÍA GRANDE, LOS CONQUISTADORES, VICTORIA, FEDERACIÓN, SAN SALVADOR, GENERAL CAMPOS , BASAVILBASO,FEDERAL, IBICUY, VILLA MANTERO, URDINARRAIN, ORO VERDE, CHAJARÍ, NOGOYA, CONCORDIA, GUALEGUAYCHÚ y PARANÁ.

jueves, 18 de julio de 2013

Fracking ¿“Revolución energética” o saqueo imperial?

  PIA.- La fiebre del gas y el petróleo se expande vorazmente por todo EE.UU. en la búsqueda de autosuficiencia energética a través de la obtención de hidrocarburos no convencionales. Mientras tanto aumentan las protestas en las zonas rurales y las denuncias en base a estudios ambientales. Las consecuencias del “fracking” (fractura hidráulica) ya están a la vista.

Al menos en seis estados del país del norte se contaminaron las reservas acuíferas; según informes de la Oficina de Estudios Geológicos, entre 2001 y 2011 las extracciones de gas y petróleo causaron la mayoría de los terremotos de las zonas de Nuevo México y Colorado; se producen diariamente grandes filtraciones de metano (uno de los gases de efecto invernadero más contaminantes); la mayor parte de la población cercana a las zonas de extracción padece alteraciones neurológicas, además de que ve afectada su economía por el fuerte impacto en la vegetación y los animales. Empresas como Encana, Williams, Cabot Oil & Gas, Chesapeake Energy -entre otras- compran las tierras que contaminaron y obligan a sus dueños a firmar un convenio de confidencialidad a cambio del silencio para evitar posibles denuncias.
A partir del agotamiento de los hidrocarburos de yacimientos convencionales (es decir de fácil extracción) comenzó a utilizarse en EE.UU. una nueva técnica de explotación con una ocupación del territorio mucho más intensa y extensa, que conlleva a la utilización de grandes cantidades de agua y químicos de alta toxicidad. Actualmente más de 450 mil pozos se encuentran en uso, las excavaciones abarcan 34 estados.
La explotación a través de la fractura hidráulica consiste en perforar formaciones rocosas compactas a 2500 metros, donde se hallan el gas y el petróleo de difícil o nulo acceso. Se produce una explosión y se inyecta agua a alta presión, acompañada por un conjunto de químicos (“fracking fluid”) para generar una fractura en la roca y lograr la fluidez de los hidrocarburos a extraer. Por cada excavación se necesitan entre 4 y 28 millones de litros de agua (se puede hidrofracturar un pozo hasta 18 veces).
El Departamento de Energía informó que la producción de gas proveniente de dicha técnica es la única en crecimiento en EE.UU. y se espera que para el año 2040 todo el consumo provenga del fracking. Así lo aseguró Obama tras su reelección, cuando reafirmó su compromiso por lograr la independencia del petróleo extranjero. Por su parte, la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) afirma que para el 2020 EE.UU. superará la producción de petróleo de Arabia Saudita.
Los inicios de la “fiebre del gas”
El fracking comenzó a utilizarse de manera ocasional en la industria petrolera convencional. A fines de los años ’90 se vislumbró el negocio que implicaría. Desde entonces EE.UU. es el país que más ha desarrollado la fractura hidráulica y la tecnología necesaria. Durante la presidencia de George W. Bush, la industria dio un gran salto. Su gran lobbyista fue Dick Cheney, quien fuera presidente de la Halliburton Company (firma que presta servicios a la industria petrolera) y por entonces vicepresidente de la nación. En el 2005 se llevó a cabo “la enmienda Halliburton”, por la cual el Congreso aprobó la gran cláusula energética por la que se exime a las empresas a respetar la Ley de Agua Limpia, que impedía el desarrollo de la técnica de fracking. Esta laguna jurídica fue el puntapié para el desarrollo exponencial de la industria petrolera.
El vacío legal logrado impide que el órgano encargado del control y funcionamiento de las empresas, la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) pueda controlar la utilización de químicos durante el fracking ya que están protegidos por una derogación y las empresas lo consideran “secreto comercial”. Por lo tanto, no se puede regular lo que no se conoce. Gracias a los estudios realizados por la zoóloga estadounidense Theo Colborn, se han identificado 592 contaminantes utilizados en el “fracking fluid”. A comienzos del 2013 el gobierno pospuso por segunda vez la discusión de la normativa que regula los químicos utilizados en el fracking.
La “revolución energética” y la reconfiguración del mapa
A principios del 2010 el Departamento de Estado norteamericano lanzó la Iniciativa Global de Gas de Esquisto, con el objetivo de “ayudar a los países interesados a identificar y desarrollar en forma segura y económica sus recursos no convencionales de gas natural”. Se trata de una nueva arremetida imperial que busca imponer los intereses económicos y las ansias de saqueo y depredación de recursos estratégicos por parte de la potencia del norte. Según la Oficina de Información sobre Energía, “durante la última década la producción de gas de esquisto en este país ha aumentado catorce veces, y representa ahora el 22% de la producción de gas y el 32% de los recursos totales de gas recuperables”. Los países seleccionados para la iniciativa en la región son Argentina, Chile, Colombia, Perú y Uruguay.
Esta iniciativa es parte del programa Alianza de Energía y Clima de las Américas del Departamento de Estado, que cuenta con el apoyo de nada menos que la Organización de Estado Americanos (OEA), el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial -cómplices y partícipes reconocidos de la política de saqueo imperial-. Para Obama “este es exactamente el tipo de alianza que necesitamos: vecinos que se unen a vecinos para dar rienda suelta al progreso que ninguno de nosotros puede lograr solo”.
En este marco, se da una nueva reconfiguración del mapa mundial, surgen así nuevos “líderes petroleros”, en la búsqueda de lograr la “independencia” de Rusia, Medio Oriente y África. EE.UU, China, Argentina, México, Sudáfrica, Australia se posicionan como potencias mundiales de shale gas.
Las protestas de los movimientos anti-fracking han ido creciendo en todo el mundo. Tal crecimiento ha derivado en la prohibición en distintos lugares. El fracking ha sido prohibido en Francia y Bulgaria, países europeos con los yacimientos de shale más grandes del continente. En EE.UU. se han desencadenado una serie de protestas que llevaron a prohibirlo en el estado de Vermont y en varios condados en distintas partes del país. Se suman a las prohibiciones en EE.UU. Nueva Jersey, Maryland, Nueva York, y en Canadá la provincia de Quebec. Existen prohibiciones que limitan el fracking en Dinamarca, República Checa, Alemania, Austria, Irlanda, Nueva Zelanda y Sudáfrica. En España, también varias comunidades ya se opusieron como Canabria, Valladolid y Fuerteventura, al igual que varios municipios de Argentina, Cinco Saltos, Concepción del Uruguay, San Carlos y Tupungato. El movimiento anti-fracking a nivel mundial se caracteriza por ser motorizado por sectores liberales, progresistas y conservadores. El problema, evidentemente, es detectado por toda la población afectada.
El fracking da cuenta de la exacerbación de un modelo extractivista-saqueador-depredador, encabezado por EE.UU. Su política exterior responde a esta lógica, en la búsqueda de expansión de sus fronteras arrasará –como ya bien sabe hacerlo- con los pueblos y con su soberanía.
- Fuente: http://www.noticiaspia.com.ar/fracking-revolucion-energetica-o-saqueo-imperial/#sthash.lfgU0cky.dpuf

No hay comentarios:

Publicar un comentario