QUE ES EL FRACKING ?

Es la extracción de gas no convencional. Utiliza para ello millones de litros de agua dulce por día, mezclada con mas 600 productos químicos y arena entre otras cosas. Para la extracción se perfora hasta casi 5000 metros en forma vertical y luego varios kilómetros en forma horizontal. Esta técnica produce filtraciones hacia las napas de agua subterraneas y también de las agua superficiales, ademas evaporaciones .

QUE PRODUCE:
Contaminación del Medio en que vivimos: agua, aire, tierra. Agresión y alteración del paisaje por la instalación de torres y camiones.
Contaminación auditiva y visual en detrimento de la biodiversidad.
Graves afecciones a la salud humana y de las demás especies. Sismos y terremotos por las fracturas y la lubricación de las placas tectónicas.

CIUDADES CON ORDENANZA LIBRE DE FRACKING HASTA EL MOMENTO:
COLÓN, C.del URUGUAY, SAN JAIME, DIAMANTE, COL. AVELLANEDA, VILLAGUAY, ROSARIO DEL TALA, LA PAZ, VILLA ELISA, GRAL. RAMÍREZ, VILLA DEL ROSARÍO, SAN PEDRO, VIALE ,CERRITO, CRESPO, SAN PEDRO (Junta de Gobierno), SAN RAMÓN (Junta de Gobierno), BOVRIL,MARÍA GRANDE, LOS CONQUISTADORES, VICTORIA, FEDERACIÓN, SAN SALVADOR, GENERAL CAMPOS , BASAVILBASO,FEDERAL, IBICUY, VILLA MANTERO, URDINARRAIN, ORO VERDE, CHAJARÍ, NOGOYA, CONCORDIA, GUALEGUAYCHÚ y PARANÁ.

martes, 27 de noviembre de 2012

Éramos pocos y llegó la fractura hidráulica


La Asociación de Política Exterior de Estados Unidos sostiene que ese país “está en camino de convertirse en una nueva potencia energética mundial”. Con optimismo y fe en el futuro, la entidad argumenta que no dentro de mucho tiempo, el gran país del norte dejará de depender del petróleo de Medio Oriente e inclusive, sostiene que estará en condiciones de exportar gas a China.
    ¿Qué pasó? Los analistas consideran que la varita mágica que trastocará la escena es la existencia de una nueva tecnología de extracción, que en inglés se denomina “fracking” y en español, fractura hidráulica. Como sabrán los que estén al tanto, es la metodología a la que apuesta YPF en su nueva etapa, con la mayoría accionaria del Estado nacional.
    Sucede que el mantenimiento de altos precios del petróleo, ahora tornó aparentemente redituable la extracción de enormes reservas de petróleo y de gas esquisto en el Medio Oeste de Estados Unidos. La producción del emplazamiento más grande, que se ubica en Dakota del Norte, ascendió de 100 mil barriles diarios en 2005 a 550 mil en la actualidad.
    Pero desde ya, todo tiene sus bemoles. La técnica de la fractura hidráulica consiste en enviar bajo tierra millones de litros de agua con arena y diversos agentes químicos, hacia pozos que se ubican a kilómetros de profundidad. El cóctel se baja a una presión muy fuerte, fuerza que raja piedras en las profundidades y entonces, a través de la fractura que se produce, se libera gas o petróleo previamente atrapado en las profundidades.
    La operación concluye con el ascenso hacia la superficie de los hidrocarburos, que luego se envasan o entuban. Según cuentan quienes vienen analizando las consecuencias ambientales de la fractura hidráulica, una operación de fragmentación se percibe en la superficie de la tierra como un débil terremoto. Insistimos en que hay que tomar nota, porque ya se anunció que la intención es poner en práctica el “fracking” en la estepa rionegrina.
    Es que la utilización de la fractura hidráulica creció en forma geométrica en los últimos 10 años. Desde ya, en forma simultánea creció la resistencia de las localidades vecinas a las explotaciones, al igual que en sectores ambientalistas o ecologistas. Por ejemplo, en julio último, unos cinco mil estadounidenses que conviven con yacimientos no convencionales, se manifestaron frente al Congreso estadounidense y ante las oficinas de un lobby petrolero.
    Para reforzar su movilización, los manifestantes aparecieron ataviados con ropas de protección industrial y llevaban frascos y otros envases, que contenían un barro muy oscuro. Mientras tanto, enseñaban a quien quisiera prestar atención: “Esta es agua de fragmentación. No la queremos en nuestra vecindad. ¡No la podemos beber! ¡Nos gustaría saber si los que perforan nuestro suelo se la quieren beber!”
    Además de los vecinos de los parajes directamente afectados por la presencia de las petroleras que se valen del “fracking”, tomaron parte de la acción integrantes de Occupy Wall Street, el movimiento que nació hace un año y medio aproximadamente, para llamar la atención sobre la responsabilidad de los operadores bursátiles en la crisis mundial. “¡Fragmenten Wall Street, no nuestra agua!”, ironizaban los activistas.
    Es que los problemas que provoca la fractura hidráulica son muchos y muy similares a la problemática de la mega-minería, más conocidos por nosotros. Entre ellos, sobresalen la contaminación del agua en las napas locales, los derrames de petróleo y contaminación del aire con los gases que se escapan de las perforaciones. Buena parte de ese gas se quema.
    Un video que puede rastrearse en Internet muestra cómo una familia campesina de Canadá enciende fuego directamente de la canilla de su cocina. Es que las operaciones de fragmentación subterránea suelen liberar metano. Indudablemente, en este caso se había mezclado con el agua de las napas superficiales, de las cuales se abastecían los campesinos canadienses.
    Es más, existe un documental que se titula “Gasland” (La tierra del gas), en cuyo transcurso se entrevista a una serie de afectados por las operaciones de fragmentación para la extracción de gas. Es que en primera instancia, la fractura hidráulica se comenzó a utilizar para ese combustible y ante los “buenos” resultado, para el petróleo. El panorama es similar al que ya padecen comunidades mapuches de la provincia de Neuquén: decenas de familias empezaron a recibir agua potable por parte de las propias compañías petroleras. Éstas hacen firmar un contrato en el cual los afectados se comprometen a no aludir a la situación en los medios de comunicación.
    También en julio, el diario británico “The Guardian” publicó que el impulso estadounidense a la metodología de la fractura hidráulica, forma parte de “una nueva ola de gas y petróleo”. En verdad, placas de esquisto fragmentables, susceptibles de explotación a través de esta metodología, existen en China, Canadá, Gran Bretaña y hasta en Suecia. Entre nosotros, ya escuchamos varias veces a la presidenta anunciar un futuro esplendoroso en materia de explotación de yacimientos no convencionales.
       El tema es que las perforaciones que se realizaron en Dakota del Norte se secaron más rápido de lo previsto inicialmente. Entonces, las compañías “tuvieron” que intensificar considerablemente el ritmo de las perforaciones. Y sobre todo, desde el punto de vista climático se calcula que el petróleo de esquisto es de tan mala calidad como el carbón, a causa de la cantidad de energía que insume y de la magnitud de combustibles fósiles que hay que quemar durante el proceso de extracción. Una auténtica belleza.
Fuente: http://www.elcordillerano.com.ar/index.php/editorial/229-eramos-pocos-y-llego-la-fractura-hidraulica

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