El silencio de los cómplices o de los cobardes
Por Jorge Daneri*,
especial para ANÁLISIS DIGITAL
No reglamentan la nueva Constitución de Entre Ríos.
No dicen nada, no cuentan historias, no ofrecen debate: hacen silencio. Aún no sé si solo lo hacen por cómplices, por culpables, por responder a los otros intereses, o por cobardes. Por ignorantes no creo. No reglamentan la nueva Constitución de Entre Ríos, no hacen las leyes sobre protección del ambiente que pueden abrir caminos de transición a la sustentabilidad ecológica, económica y social como las nuevas normas que la carta magna les ordena. Ni el gobernador Sergio Urribarri, ni sus ministros claves, ni los legisladores mayoritarios lo hacen.
Así, los conflictos socioambientales se van a ir profundizando y manifestando, de una y mil maneras, tal como ocurrió con el proyecto termal de Paraná. Van a traumatizar la agenda oficial: desde la sociedad y desde sus juventudes se va a obligar a dar el debate, a abrir los escenarios, a acceder a la Justicia. Los ciudadanos, tal como han hecho hasta ahora, van a salir a las calles, van a marchar por los montes y los ríos, van a convocar el arte de las creaciones liberadoras, a soñar lo imposible, a buscar utopías, a creer en otra política, a fortalecer la democracia participativa cuando la representativa se silencia, se esconde, no se anima.
No sé si la historia de Entre Ríos enseña mayor consenso que los acuerdos constituyentes celebrados en la Convención reformadora de Entre Ríos durante el 2008. Pero fue un proceso casi luminoso. No pocos -y quizás ese fue nuestro error de apreciación política-, creímos que nacía en esta provincia soñada un camino a escala humana posible para nuestro pueblo y sus territorios en relación con la aplicación y cumplimiento del nuevo Programa Constitucional sobre ambiente y sustentabilidad. No es así, aún no lo es. Existen responsables, existen culpables, existen silencios y cobardes.
La Constitución regalaba cuatro años para hacerlo, y ya se están clausurando los cinco. Pero existen también otros seres que están en marcha, como los que hoy caminan en Misiones contra las represas de Garabí y Panambí, como los guardianes del Iberá, o los integrantes del Paraná No se Toca en Rosario y la juventud de Más Ríos Menos Termas aquí en la Paraná de los ríos libres.
En algún momento el silencio estalla en mil pedazos, en algún momento se subleva todo lo que se intentaba callar. Puede ser que con alguna calma militante, con mayores paciencias convencidas, esas juventudes aparentemente dormidas sigan avanzando en su despertar fantástico y demoledor, para revivir las democracias posibles en la búsqueda de las apropiaciones de lo público, como un servicio, y no como un coto de caza de culpables, cómplices y cobardes.
* Integrante de la Fundación M’Biguá.
Por Jorge Daneri*,
especial para ANÁLISIS DIGITAL
No reglamentan la nueva Constitución de Entre Ríos.
No dicen nada, no cuentan historias, no ofrecen debate: hacen silencio. Aún no sé si solo lo hacen por cómplices, por culpables, por responder a los otros intereses, o por cobardes. Por ignorantes no creo. No reglamentan la nueva Constitución de Entre Ríos, no hacen las leyes sobre protección del ambiente que pueden abrir caminos de transición a la sustentabilidad ecológica, económica y social como las nuevas normas que la carta magna les ordena. Ni el gobernador Sergio Urribarri, ni sus ministros claves, ni los legisladores mayoritarios lo hacen.
Así, los conflictos socioambientales se van a ir profundizando y manifestando, de una y mil maneras, tal como ocurrió con el proyecto termal de Paraná. Van a traumatizar la agenda oficial: desde la sociedad y desde sus juventudes se va a obligar a dar el debate, a abrir los escenarios, a acceder a la Justicia. Los ciudadanos, tal como han hecho hasta ahora, van a salir a las calles, van a marchar por los montes y los ríos, van a convocar el arte de las creaciones liberadoras, a soñar lo imposible, a buscar utopías, a creer en otra política, a fortalecer la democracia participativa cuando la representativa se silencia, se esconde, no se anima.
No sé si la historia de Entre Ríos enseña mayor consenso que los acuerdos constituyentes celebrados en la Convención reformadora de Entre Ríos durante el 2008. Pero fue un proceso casi luminoso. No pocos -y quizás ese fue nuestro error de apreciación política-, creímos que nacía en esta provincia soñada un camino a escala humana posible para nuestro pueblo y sus territorios en relación con la aplicación y cumplimiento del nuevo Programa Constitucional sobre ambiente y sustentabilidad. No es así, aún no lo es. Existen responsables, existen culpables, existen silencios y cobardes.
La Constitución regalaba cuatro años para hacerlo, y ya se están clausurando los cinco. Pero existen también otros seres que están en marcha, como los que hoy caminan en Misiones contra las represas de Garabí y Panambí, como los guardianes del Iberá, o los integrantes del Paraná No se Toca en Rosario y la juventud de Más Ríos Menos Termas aquí en la Paraná de los ríos libres.
En algún momento el silencio estalla en mil pedazos, en algún momento se subleva todo lo que se intentaba callar. Puede ser que con alguna calma militante, con mayores paciencias convencidas, esas juventudes aparentemente dormidas sigan avanzando en su despertar fantástico y demoledor, para revivir las democracias posibles en la búsqueda de las apropiaciones de lo público, como un servicio, y no como un coto de caza de culpables, cómplices y cobardes.
* Integrante de la Fundación M’Biguá.
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