“El territorio”
Por Martín Álvarez.- La familia Flores vive allí hace más de treinta años. En 2012, la empresa Shell empezó a trabajar en su campo sin consultarles ni pedirles siquiera autorización para atravesar la tranquera. Orgullosamente, la empresa expresaba vía Comunicado Oficial que la explotación del pozo en la zona era un “hito en el retorno de Shell al país”.
Según Flores, nunca un funcionario -ni de la provincia, ni de los municipios- se acercó a conversar con ellos sobre la explotación en sus tierras. Las consecuencias están a la vista: cada pozo instalado tiene como emplazamiento unos 200 metros cuadrados, si agregamos además las picadas de acceso y el piletón de agua dulce que se traslada en cañerías, la ocupación territorial de la multinacional confirma la “invasión del fracking”, expresión que utiliza el Observatorio Petrolero Sur para denominar el último proceso de los No Convencionales.
La situación en Sierras Blancas es la misma que en el resto de la zona, la falta de agua y las sequías implican golpes durísimos contra la magra economía productora de los crianceros. Sin embargo, es notable que dicha empresa petrolera haya podido instalar cañerías a lo largo de varios kilómetros para transportar agua del sistema de canales de riego a un pileton de abastecimiento de los pozos sin preocuparse siquiera por acercarla también al campo que invaden, aún cuando la distancia entre el piletón y la casa de los Flores es de sólo de 800 metros. Según Diego Di Risio, del Observatorio Petrolero Sur, “actitudes como éstas muestran el racismo con el que se manejan las multinacionales y los gobiernos”. Para la empresa, hacer 800 metros más de cañerías y garantizar que la familia Flores pueda regar o abastecerse de agua no es un costo extra. “Les hemos pedido que nos llenen de vez en cuando el tanque australiano para darles de beber a los animales o plantar algo, pero siempre la empresa se ha negado” , aseguró Ceferino Flores.
Las consecuencias que genera la explotación petrolera hacia la ganadería son muy graves, un desplazamiento que implica niveles de decrecimiento sustanciales para dicha actividad dentro de un período acotado. Ceferino Flores enumera parte de los problemas cotidianos que padecen desde la llegada deShell a su territorio: “nos abrieron varias picadas, el campo se tornó incontrolable, no sabemos quién entra y quién sale. De más de 5000 animales que teníamos cuando estaba mi Papá en vida (hace unos años) pasamos a tener solamente 260 en actualidad”. Robos y muertes por contaminación, por escasez de pasturas o por las sequias son parte de los problemas que afectan fuertemente a esta económica regional.
En el último tiempo, personal de Shell se acercó a la familia Flores a fines de dialogar sobre el malestar del puestero: “Esta viniendo un mujer de la empresa y estamos dialogando. Nos han ofrecido poner unas garitas en los ingresos al campo para controlar quién entra y quién sale. Para nosotros al menos es algo, porque vamos a poder controlar un poco para que no nos falten animales”. También reclamaron por las pérdidas que sufren a partir de situaciones insólitas, de descuidos totales, como cuando el personal de la empresa se olvida los portones del piletón abiertos: “se ha caído un novillo, chivitos y también un perro galgo nuestro, y mueren allí porque es tan profundo el piletón que no pueden salir”, agrega Flores.
La preocupación de la familia por la falta de información es grande, suelen ver camiones que entran y salen tirando parte de lo que sacan de los pozos. “No sabemos bien qué tiran por las picadas, pero salen los camiones de los pozos con los grifos abiertos”. Teniendo en cuenta que hay registros de denuncias de comunidades en las que las empresas tiran el agua de retorno al campo, la exigencia de información para quienes hoy padecen la explotación en sus tierras más que necesaria es vital.
La situación de los demás campos en los que se ubican las formaciones Quintuco, los Molles y Vaca Muerta no es distinta a la de la familia Flores. El pasado 1º de marzo, Enrique Muñoz, criancero de Aguadas del Chañar, fue detenido por la policía por interrumpir el acceso a la petrolera, luego de agotar hasta el hartazgo innumerables instancias de reclamos por los niveles de mortandad de sus animales a partir de que GyP S.A. comenzó a perforar en sus tierras. Gracias a la asistencia de la CTA local, el criancero recupero únicamente su libertad.
Este progreso -entendido como mayor rentabilidad para las empresas y mayores recursos para los gobiernos- se profundiza en Vaca Muerta a pasos agigantados. Mientras tanto, las consecuencias son evidentes, estamos ante “Zonas de sacrificio”, tal y como viene advirtiéndonos el Observatorio Petrolero Sur.
@mgcipo
LEER PARTE I : "EL HOSPITAL" http://entrerioslibredefrackingchajari.blogspot.com.ar/2014/03/la-madre-del-borrego-vaca-muerta-parte-i.html
http://www.opsur.org.ar/blog/2014/03/28/la-madre-del-borrego-vaca-muerta-parte-ii/
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